Una vez, remitido a nuestro Presidente (Confraternidad) y al Delegado Trinitario, y contando con el visto bueno del Ministro Provincial de la Orden Trinitaria, se le ha cursado y aceptado su petición.
Noticia: 27 Septiembre 2009
La petición al Delegado Trinitario en la Confraternidad, f. Isidro Hernández y Presidente de la misma, D. Manuel Toledo.
Es para nosotros, como Hermandad anfitriona, un honor contar con la asistencia los hermanos de N. P. Jesús del Rescate de Baeza.
Los Trinitarios celebran el VIII Centenario del sello oficial de la Orden Trinitaria
Recopilado de: www.trinitarios.net
El 24 de mayo pasado dio comienzo en Roma la celebración del Año Jubilar en la Orden Trinitaria, en memoria del sello oficial de los trinitarios. Se recuerda un hecho fundamental en los orígenes de la Orden: la donación de la iglesia y convento de Santo Tomás in Formis, hecha en 1209 por el papa Inocencio III a san Juan de Mata. Esta Casa, situada en el Monte Celio de Roma, en las inmediaciones del Coliseo, fue el lugar donde Juan de Mata pasó los últimos años de su vida, y donde murió en 1213, dedicado a la atención de los enfermos y peregrinos en el anejo hospital trinitario.
Fue el mismo san Juan de Mata quien, al tomar posesión de la Casa, colocó sobre su puerta principal un precioso mosaico que representa el sello o sigilo de la Orden Trinitaria. Representa a Cristo, sentado en trono. Cristo agarra con sus manos a un cautivo blanco (=cristiano) que lleva en sus manos el signo de la Orden trinitaria (=la cruz roja y azul), y a un cautivo negro (=musulmán). En torno a la imagen se lee la inscripción +Signum Ordinis Sanctae Trinitatis et Captivorum, fórmula jurídica que indica que se trata del sello oficial de la Orden.
Santo Tomás in Formis fue el regalo del Papa a Juan de Mata para vivir su proyecto en la Iglesia, junto a la Catedral de San Juan de Letrán, “Madre y Cabeza de todas las iglesias, de la Urbe y del Orbe”, catedral de Roma que, en expresión de san Ignacio de Antioquía, “preside a todas las Iglesias en la caridad”. Fue una especie de segunda confirmación por parte del Papa para el proyecto de Juan de Mata, tras la aprobación de la Regla. El sucesor de san Pedro indicaba así que los trinitarios tienen un lugar dentro de la familia de Dios para vivir un proyecto que, en palabras de Inocencio III, busca más el provecho de Cristo que el propio. Y ese lugar está junto a los cautivos y a los peregrinos, junto a los enfermos y a los pobres. Esa fue la función del hospital de Santo Tomás, y a ella se dedicó su comunidad, con el Fundador a la cabeza.
El Mosaico presenta a Cristo entre los esclavos, al Redentor con los cautivos, recordándonos el misterio de la Redención. Quienes viven en la Casa de la Santa Trinidad tienen que tener presente el ideal que preside este hogar, puesto por el Fundador sobre la puerta de entrada, de forma que sea memoria constante para sus habitantes del “Evangelio de la Redención” que en ella se vive. Es más: el mosaico fue puesto mirando a la calle, para que pudiera ser visto por los transeúntes, como remembranza pública del Evangelio de la salvación y como señal de mano tendida a cuantos necesitaban un techo y una familia amiga que los acogiera.
En la escena representada en el Mosaico aparece el cautivo cristiano, que lleva en sus manos la cruz de la Orden. San Juan de Mata señala en la Regla la obra distintiva de la Orden: “la redención de los cautivos que, a causa de su fe en Cristo, han sido encarcelados”. La Orden Trinitaria es la servidora de aquellos que sufren por la fe en Cristo. El Señor afirma en el Evangelio que “si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros” (Juan 15, 20): el corazón y las manos de los trinitarios deben estar pendientes de aquellos en los que se cumple esta palabra.
También aparece el cautivo musulmán en el Mosaico. En un mundo medieval en conflicto entre Cristiandad e Islam, los trinitarios fueron hombres de paz que se movieron en los escenarios violentos de cruzadas, reconquista y piratería mediterránea, trabajando por la libertad de los seres humanos víctimas de la violencia. Así, los trinitarios han sido memoria de que es posible y deseable acercarse a quien es diferente, y han anunciado a Cristo que toma en sus manos incluso a quien lo rechaza o lo ignora.
Cristo aparece en el mosaico en actitud de intercambiar a los cautivos, en relación con el modelo de economía solidaria ideado por san Juan de Mata, expuesto en la Regla de la Orden, y cuyo objetivo es la libertad de los cautivos. La economía es el arte de administrar una casa, una familia y la vida de quienes la componen. La economía trinitaria es el arte de administrar la Casa de la Santa Trinidad y la vida de quienes la forman; y esa Casa tiene su puerta abierta a compartir los bienes de la libertad con quienes han sido privados de ella por motivos de un egoísmo que considera más importante el dinero que las personas. Así, el proyecto de Juan de Mata es un desafío universal para un mundo en crisis, un mundo sin esperanza para los más pobres y leno de miedo para los más ricos: un mundo más humano es posible.